Por una parte uno piensa: "Vaya, ya empiezan a llegar las lluvias, toca ropa de invierno, barro y quedarse en casa más de un fin de semana".
Por otro lado, que estuviesemos a finales de octubre y aun viésemos los campos así no dejaba de extrañar y preocupar a la vez.
Por cierto, mis agradecimientos a Julio (1º por la izquierda), colaborador de excepción que me ha enviado las fotos. Fueron tomadas el pasado sábado desde el Cerro del Viso. Yo no pude salir con la bicicleta (cosas de padres).
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