Romper una cadena justo al empezar una ruta es normal cuando el día anterior esa misma cadena ya daba señales de agotamiento.
Lo normal es también arreglar esa rotura en unos 15 minutos.
También es normal que haya que arreglar el pinchazo de otro miembro del grupo 30 minutos después de empezar la ruta; más aún cuando al empezar a rodar, esa rueda ya era sospechosa de perder aire.
Puede ser que una cámara de repuesto ya esté pinchada de antemano al haber olvidado repararla. También puede resultar lógico que una segunda cámara pierda aire por la válvula. A la tercera suele ocurrir que la cámara ya funciona correctamente y se puede continuar con la ruta.
Y ya inmersos en el cúmulo de despropósitos, es posible que la cadena que se arregló al principio de la ruta vuelva a romperse. Menos mal que siempre hay quien tiene un eslabón de cadena SRAM que encaja perfectamente con una cadena Shimano. Os recomiendo encarecidamente que siempre llevéis uno con vosotros, puede resultar la manera más rápida y eficaz de salir del paso en una ruta.
Todas estas circunstancias hacen que finalmente una ruta se vea mermada y acortada. Al menos pudimos subir algún que otro repecho...
Esta vez os voy a perdonar, especialmente al que rompió dos veces la cadena, aunque solo sea porque otro cúmulo de despropósitos hicieran que el pasado día de la Constitución se quedase sólo esperándome a las 8:30 de la mañana para hacer una ruta los dos solos. En esta ocasión no fue la mecánica de la bicicleta, sino la tecnología móvil...
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