Hubo que saltar obstáculos, superar montañas y, cierto es, superar algo de resaca. No importó. Al final estuvimos presentes en la Copa del Mundo de BTT disputada en la madrileña Casa de Campo.
A destacar: el nivelazo de los participantes. Material genético superior.
Menudas burras. Suspensiones, cuadros, bujes... en fín, menos mal que no trajimos nuestras bicis... A su lado, las nuestras son las de verano azul.
Mención especial a la vestimenta. A destacar, las gafas de Manuel Fumic (dorsal 26)...
... y la vestimenta de algunos aficionados (véase el hombre de naranja).
Pero sobre todo, lo mejor de la jornada fue el comportamiento ejemplar de los aficionados. Animando a todos los corredores por igual, dejando de lado nacionalidades y rivalidades, y respetando la integridad de los deportistas, muy diferente de lo que suele ocurrir en las carreras en línea.
Por cierto, en élite masculina ganó el francés Absalón.
Quedó además solventada una de mis dudas. El porqué de la alta participación y el bajo nivel de abandonos. Y es que puntúan los 60 primeros... Esa sí es manera de fomentar una competición. No sólo ganan los primeros. Siempre hay un motivo por el que luchar.
Quien quiera ver todas, mis fotos, que me lo haga saber via mail (son 56 megas).
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