Qué mejor manera de celebrar el santo de los agricultores y de los madrileños, acercándonos (sin meternos en el mogollón) a la Pradera de San Isidro vía Anillo Ciclista, para retornar a Coslada por un centro de Madrid donde los coches han dejado su lugar a los chulapos y chulapas.
Esta foto está tomada desde uno de los miradores del Parque de la Cuña Verde.
Aquí, terminando de subir la Cuesta de la Vega.
¡Ay Madrid!, amado mil veces, odiado unas pocas. Hoy era uno de esos días que se corresponden al primer caso.
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