El viernes por la tarde comienzas con una ligera molestia en la garganta...
horas más tarde, malestar...
por la noche, dolor muscular. Trastornos extrapolados al sueño.
Al levantarte el sábado, fatiga y dolores musculares intermitentes.
Por la tante, falta de apetito, subida de fiebre y escalofríos.
Por la noche... comienzan a cesar los síntomas, gracias a la ingesta regular de paracetamol.
Al día siguiente, mejoría general, aunque aparecen dolores puntuales, como ejemplo, dolor de muelas. Baja la fiebre y, 24 horas después, abandonas la cama. Ya por la noche pareces recuperado.
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Al menos el fin de semana, meteorólógicamente hablando no acompañó. Para olvidar.
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