No hubo más remedio. Tras muchos años utilizando unos pedales Shimano PD-M505, diferentes golpes los dejaron finalmente así.
Al principio pude aguantar la rotura de uno de los anclajes del pedal izquierdo (pieza que hay justo encima del número 1) anclando la cala en la posición opuesta del pedal. Sin embargo di por perdidos los pedales tras la rotura de la pieza de plástico incrustada en el cuerpo del pedal y que hacía fuerza sobre la tuerca que, a su vez, sujetaba el eje del pedal con el casquillo y los rodamientos (ver tuerca bajo el número 2 y comparar con el original; como veis, falta la pieza de plástico de color gris).
Todo ello me ha obligado a cambiar de pedales. En esta ocasión, me han recomendado unos Shimano PD-M520, cuyo diseño abierto permite una salida más sencilla del barro que se pueda acumular en las calas de la zapatilla.
Este pasado miércoles tuvieron su estreno. Resultado: OK. Ya veremos qué tal se comportan durante la época de lluvias.
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