A la hora de planificar nuevas rutas, siempre "tiro" de mapas del Instituto Geográfico Nacional o incluso de Google Maps. En ambos casos, se pueden ver los distintos caminos que existen para poder transitar por ellos. Lo que desgraciadamente no podemos saber es si realmente se puede transitar por los caminos que vienen reflejados en dichos mapas.
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¿Quién no se ha encontrado alguna vez una de éstas?
La foto no es mía, pero la situación es común prácticamente a todos los cicloturistas. Algunos de los caminos tienen una pinta excepcional, pero vamos, como para llevarte un disparo en la cabeza.
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Moraleja: hay que investigar sobre el terreno para conocer rutas alternativas. Sobre el mapa todo parece muy bonito. En muchos casos incluso, aparecen puentes donde en la realidad no existen. Lo mejor, descubrir.
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