Lo primero, esquivar las tormentas en la medida de lo posible. Basta con echar un vistazo al cielo y comprobar la dirección del aire.
Segundo, si coges barro, lava la bicicleta al final de la ruta. Y si puedes también al ciclista.
Por último, si secas la ropa antes de llegar a casa, mejor que mejor.
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